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Viaje a la provincia argentina de san Luis
El Parque Sierra de las Quijadas, Set de Cine, las Minas de Carolina, y Merlo, emblemas turísticos de la región sudamericana   La ruta por san Luis, ciudad que cuenta con 160.000 habitantes, nos descubre la plaza de Pringues, un símbolo de la urbanización arquitectónica de esta provincia situada a 800 kilómetros al oeste de Buenos Aires. La ciudad fue fundada por el rey de Francia, san Luis, en el año 1594. La zona argentina, está configurada de una forma pararela a los Andes, donde la cordillera de Sierra Centrales dibuja esta línea.
Sus principales puntales económicos se apoyan en la agricultura, con una producción importante de trigo, soja, maiz, y frutas como el melón, al que cada año le dedican una gran fiesta popular.
Potrero de los Funes es el lago más antiguo de la villa. La gran mayoría de su gente, hace décadas, su apellido era del de Funes. Por este motivo, al lago se le bautizó así. Pegado a éste, se encuentra uno de los hoteles más nuevos de la provincia, Hotel Potreros de los Funes, a 18 kilómetros de la ciudad. Al lado mismo se construyó, en un tiempo récord, el Auditorio Caja de los Trebejos, lugar en el que se celebró el año pasado el Mundial de Ajedrez, que ganó, por cierto, el hungaro Topalov. Ahora, se celebran congresos internacionales.
En las cercanías de la capital está Set de Cine, un nuevo proyecto ejecutado por el Gobierno de la Provincia. Se trata de un estudio de grabación de películas de cine y programas de TV. Es la ciudad del cine. Las autoridades del lugar están seguras que será un punto importante de promoción turística y económica. Sus tierras, con la cordillera, valles y terrenos accidentados, son escenarios naturales impresionantes para la producción de films.
El Parque Nacional Sierra de las Quijadas
Emprendiendo la ruta nacional 137, a 120 kilómetros de san Luis, hay una de las joyas de la naturaleza de Argentina: el Parque Nacional Sierra de las Quijadas. Se abrió al público en 1991. Este año del 2006 se inician las obras para crear un centro de visitantes. El parque tiene 75.000 hectáreas. El clima semiárido da lugar al nacimiento de la jarilla (arbusto) que solamente surge en este punto y en otro de México. En el inventario, cabe apuntar que hay más de 300 especies de flora y 200 de aves.
También, es un lugar de riqueza arqueológica, con los hornillos construídos por los aborigenes Huarpes. Éstos, elaboraban cerámica. Aquí havía buena madera (para los hornillos), y buena tierra. En total, han descubierto 26 hornillos, que tienen una antigüedad de unos 1000 años.
En el parque se han encontrado (recientemente) 5 esqueletos de los únicos dinosaurios voladores del mundo (Pterodaustro Cruiñazuii), que corresponden a la época Cretária, entre 90 y 100 millones años de historia. Hace unos tres meses, localizaron el último.
El Cristo de la Quebrada
El Cristo de la Quebrada está enclavado en la villa de Quebrada, a 40 kilómetros de san Luis. A un leñador se le apareció el Cristo cuando cortaba leña en un tronco de madera de la zona. Los habitantes lo depositaron en la iglesia. Un buen día lo trasladaron hasta la catedral de san Luis, y la sorpresa fue general de todos ya que al día siguiente volvía a estar presente en la referida iglesia. El de 3 de mayo de cada año se celebra en su honor un Vía Crucis por la cima adjunta a ésta con 14 estaciones. Muchos devotos consiguen alcanzar la cima de rodillas, de espalda, y otros le ofrecen amuletos. Más de 170.000 personas acuden cada año.
Entre 1792 y 1816, los españoles que estaban en la zona de san Luis extrajeron muchas toneladas de oro de las minas de la Carolina, cuando el virreinato de Río de la Plata. Más tarde, entre 1870 y 1880, la empresa inglesa Argentine Gold Company, hizo lo propio, consiguiendo muchas vetas de este preciado metal. Después, los artesanos mineros fueron los que continuaron el trabajo hasta 1950. El nombre de la Carolina viene dado por la dinastía que reinava cuando la colonización española, que era conocida como los carolinos.
Actualmente, es un centro didáctico importante, donde se muestra a los visitantes las minas y la manera de cómo se estraía el oro. Unos jóvenes guías se encargan de esta labor turística y también de la oferta de la zona en rappel, circuítos de aventura, y asesoramiento turístico. La empresa es Huellas Turismo Carolina (www.huellasturismo.com.ar).
Muy cerca de las minas de la Carolina, en el Valle de Pancarta, se encuentra localizada la Estancia Rama (www.ramaresort.com.ar) (www.rama.com.ar). Ofrece turismo de naturaleza, con habitaciones muy confortables, con una cocina donde no falta la carne de ternera a la parilla, y la oportunidad de disfrutar de las aves, de diferentes especies de animales en libertad, como las lamas, y realizar excursiones a caballos. También, practicar la caza y la pesca, y contemplar la naturaleza y su vegetación. El plan de la familia Rama es de forestar la zona con pinos y alcornoques.
Merlo, un pequeño paraíso
Merlo está enclavado a 200 kilómetros al sur de san Luis. Es una zona pequeña en número de habitantes, grande en recursos turísticos: un coquetón paraíso. El aire que se respira en Merlo es uno de los tres mejores del mundo, ya que contiene una molécula más que los de otros lugares.
En las cercanías, en Bajo de Veliz, se localizó en el año 1983 los fósiles de una aranya de la especie pollito, que es la más grande del mundo. Mide 36 centimetros entre la cabeza y el abdómen, y 50 entre patas. Tiene unos 360 millones de años y corresponde a la época Paleosólica. El fósil está, actualmente, en la Unversidad de Córdoba (Argentina). Más tarde, han aparecido 2 fósiles más, de tamaño menor. La zona de Bajo de Veliz es un punto importante en fósiles vegetales. Hay una riqueza impresionante en cliptodonde. Existe un proyecto de convertir este espacio en un parque provincial.
A un tiro de piedra de Bajo de Veliz, el árbol de Guayacon, único ejemplar que existe en la región, conocido como el árbol de la vida por sus efectos curativos, luce una majestuosidad impresionante después de 550 años de permanecer aquí. Los frutos, en forma de corazón, no son comestibles, pero si curativos. Es difícil que echen raíces si no tienen a su alrededor otro árbol de signo contrario.
En un instante, en el camino de los morteros, están trabajados en las piedras milenarias, 2 morteros (de cocina) que antiguamente utilizaban los aborigenes para picar el maiz y algunas frutas.
Enric Ribera Gabandé
Fotos: Pilar Rius
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