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Con los envases de Bag-in Box, Tetra Brick y de aluminio ¿Comprar los vinos a ciegas?
Enric Ribera Gabandé De ninguna manera quiero dar un voto de confianza al cambio de envases de los vinos. Ni tan sólo en los vinos jóvenes, de poca categoría o vinos para beber, no para degustar. El vidrio es un envase noble, inodoro, insaboro e insustituible en la presentación de los elaborados.
Me apresuro a decir que la lata de aluminio o el cartón son correctos transportadores de los vinos, aunque me permito discrepar en cierta manera de estos envases. No voy a mostrar una oposición sistemática al tema de utilización de todo aquello que no sea el vidrio. Cada uno que haga lo que más le apetezca, a pesar de que a mí los inventos modernos que pasen por descender el tratamiento de categoría de la más noble de las bebidas, según aseveró en su día el padre de la asepsia el doctor Pasteur, no van conmigo. ¡Los inventos con gaseosa, no con los vinos!
Se habla, se comenta, se discute de vinos enlatados que se enfrían cinco veces más rápido que en vidrio y que permiten llegar a lugares insospechados como los fast food, y las discotecas, y de esta manera acercarlos a los futuros consumidores, que son los más jóvenes (mayores de 18 años). También se hace lo mismo con los Tetra Bricks, otro envase que se lleva muchos años utilizando para estos menesteres y que ha tenido bastante éxito en los diferentes mercados internacionales, a pesar de que una de sus variaciones, el Bag-in-Box, cuenta con muchos detractores, al margen de las multiples ventajas que ha demostrado, y que a diferencia de lo que sucede con las botellas, el consumidor tiene la oportunidad de conservar el vino una vez abierto hasta seis semanas.
Como decía los inventos no deben ser aceptados (por lo menos en lo que a mi respecta) con los vinos. La distinción, sea en el tipo de vino que sea, siempre hablando de productos elaborados correctamente, debe casarse con los productos nobles y que enaltecen la bondad global de su contenido, que se vistan con elegancia, con buena presencia, con envases que estén en el camino del enaltecimiento mutuo.
Vino en lata. Vino en Bag-in-Box. Vino en Tetra Brick. No creo que aporten nada positivo para la imagen del mágico líquido que los enólogos y técnicos se encargan en su trabajo diario de convertirlo en bebida de arte, o arte de la bebida. Los materiales con los que están fabricados estos envases no ayudan en nada a su mejor conservación ni mantenimiento ni menos a su imagen. No quiero hablar de precios, por que a lo mejor podríamos tener alguna sorpresa al respecto. Estoy de acuerdo en que no llegan a perjudicarlos. Pero, mi pregunta es sobre que importancia se le dá a uno de los sentidos más importantes que intervienen en la catación previa de un vino como es la vista cuando éste se ofrece a ciegas.
Cuando no se conoce la marca que se va a adquirir, la compra se hace con los ojos vendados, una mala práctica en el mercado multicolor de los vinos y los aguardientes. Qué no nos condenen a ser ciegos en este luminoso mundo vinícola.
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