Quieren acabar con Ferran Adrià

Enric Ribera Gabandé

Quieren acabar con Ferran Adrià. Esto es lo que parece. La misión es descabalgarlo del trono que preside. Están hartos de tanto Adrià, número uno; Adrià, un profesional de otra galaxia; Adrià y su cocina de la química…El crítico gastronómico de The Independent, Ferry Durack, se escandaliza del hecho de que su restaurante El Bulli lograra por tercer año consecutivo la cumbre de la excelencia gastronómica mundial con el premio que concede The Restaurant Magazine. “Si Bielorurrusia consiguiera ganar todos los años Eurovisión o a Kofi Annan le dieran el Premio Nobel de la Paz durante diez años, debería iniciarse una investigación”, asevera, Durack, con una cierta dosis de rabia contenida. Incluso se quejaba de que Adrià hubiera repetido las mismas palabras de años anteriores al recoger el premio: “Proud to be Spanish, humble to be a chef” (orgulloso de ser español, con la humildad de un chef).

Comentarios similares salieron publicados en la prensa francesa y en la italiana. No hay duda que Adrià estaba cortando la digestión a muchos colegas de éxito arrollador.

Cuentan que en selectos restaurantes de ciertos países de Europa cuando conocieron esta noticia del premio, se perdieron algunos cuchillos aquella mañana. Dicen que sus chefs aparecieron con los dientes afilados por la tarde. El líder de la cocina molecular, la rebautizada como cocina tecnoemocional, pudo leer en la prensa inglesa el día siguiente críticas al procedimiento de concesión del galardón.

Pero otros analistas internacionales, por el contrario, se planteaban la cuestión de quién puede acabar con el cocinero número uno del mundo, y sobre todo, con que argumentos. No lo puede hacer, en estos momentos, ni un inglés, ni un francés, ni un italiano; aseguran que es tarea reservada para el catalán.

Pocos son profetas en su tierra, pero en España, menos, aunque Adrià lo empieza a ser.

Enhorabuena, maestro.

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