Ryanair, marketing de autor

Enric Ribera Gabandé

Los baños de Ryanair seguirán siendo gratis; todo ha sido una broma de su propietario Michael O’Leary, que tuvo la ocurrencia de anunciar en la BBC esa peculiar iniciativa. Después del revuelo armado por la compañía irlandesa de bajo coste Ryanair tras anunciar a finales de febrero que barajaba la posibilidad de cobrar a los pasajeros por usar el retrete, la empresa ha dado marcha atrás y asegura que todo era una “broma”.

O’Leary, para que los clientes se repongan del impacto, ahora propone que se tomen las cosas con humor y hagan llegar sus sugerencias para aumentar los ingresos de la compañía mediante cobros complementarios. Para ello, ha propuesto un concurso de ideas ingeniosas que va a premiar a la ganadora con la nada despreciable cantidad de 1.000 euros.

Las propuestas deben ser enviadas a la web de Ryanair. El reclamo de O’Leary no se ha hecho esperar y ya han llegado un puñado de ellas; algunas rayan el escándalo y la provocación: cobrar por usar papel higiénico con la cara de O’Leary; cobrar 2,50 euros por leer las normas de seguridad; cobrar 1 euro por usar las máscaras de oxigeno; cobrar 25 euros para usar la salida de emergencia; y cobrar 50 euros para que el personal de cabina vista bikini.

Michael O’Leary ha hecho de Ryanair, con sus excentricidades, “payasadas”, e ideas revolucionarias, un marketing de autor que le ha funcionado muy bien, hasta el punto que su aerolínea se ha convertido -a pesar de los bajos costes de los billetes que ofrece y los miles que regala-, en la compañía con el nivel de ocupación más alto de Europa, y unos beneficios que se multiplican año tras año.

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